Son muchas las veces que no tenemos ganas de acompañar nuestro té o nuestra merienda con algo comprado en el súper. Entonces es el momento de ponernos a cocinar algo sencillo y que seguramente le gustará a todos en casa. Además el olorcito a masa horneada es unos de los aromas que nos acompaña durante toda nuestra vida trayéndonos siempre recuerdos de nuestra infancia.
Ingredientes (para doce porciones):
Para la masa:
150 gramos de queso blanco
300 gramos de harina leudante
1 cucharadita de polvo de hornear
6 cucharadas de leche
6 cucharaditas de aceite
100 gramos de azúcar
vainilla
sal
Para el relleno:
50 gramos de pasas de uva rubias
50 gramos de pasas oscuras
50 gramos de almendras
2 cucharadas de azúcar
100 gramos de mantequilla
vainilla
Para cubrir:
65 gramos de mantequilla
125 gramos de harina
50 gramos de azúcar
leche
canela
125 gramos de azúcar impalpable
2 cucharadas de jugo de limón
Preparación:
En un recipiente mezcla el queso blanco, la leche, el aceite, el azúcar, una cucharadita de vainilla y una pizca de sal. Cernir juntos la harina con el polvo de hornear y añade un tercio de esta mezcla a la masa anterior. Luego amasa con el resto de la mezcla de harina restante. Estira la masa en forma de rectángulo y úntala con mantequilla derretida. Distribuye por encima los ingredientes del relleno apretando levemente. Arrolla la masa a lo largo, corta el rollo en rodajas de unos dos centímetros de espesor y colócalas en una placa para horno previamente enmantecada.
Para la cobertura, mezcla la harina, la mantequilla, el azúcar, la canela y un poco de leche, formando una masa grumosa, pinta con leche cada porción y cubre con esta la masa. Cocina los espirales en un horno caliente por unos veinte minutos o hasta que se doren. Retira del horno y aún calientes úntalas con una mezcla de azúcar impalpable y jugo de limón, deja enfriar antes de consumir.
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